Conservar distancias entre surcos es fundamental para el adecuado desarrollo de las demás actividades del cultivo. En este sentido, existen variaciones en las distancias de siembra según las circunstancias que predominen en la zona o región. Así, por ejemplo en la HRS, en el sistema a chorrillo la distancia que predomina es de 1.20 m a 1.30 m entre surcos, pues la topografía y el clima, así lo permiten, esta distancia de siembra permite efectuar adecuadamente las labores del cultivo y se conserva a través del tiempo, ciclo tras ciclo de cultivo.

En las zonas de alta precipitación es preferible sembrar la caña al inicio de la época de lluvias, sembrando en el fondo del surco y a medida que estas aumentan, se debe sembrar en el lomo de los caballones, para evitar excesos de humedad, sin embargo se corre el riesgo de aumentar el volcamiento de la caña. Las distancias de siembra varían de 1.20 m a 1.50 m según las condiciones topográficas que permiten la mecanización del cultivo (Figuras 12, 13 y 14).

Figura 12. Siembra a 1.3 m entre surcos Fuente. Magda Liliana Murcia Pardo

Figura 13. Siembra a 1.5 m entre surcos Fuente. Magda Liliana Murcia Pardo

Figura 14. Perdida de surcos


Fuente: Magda Liliana Murcia Pardo

Distancias de siembra inferiores a 1.20 m entre surcos, en regiones con topografía quebrada no presentan buenos resultados, pues las labores de manejo de malezas, plagas, fertilización, encalle, se dificultan, y existe riesgo de perderse los surcos por unión de los mismos corte tras corte. Si la distancia a su vez es mayor a 1.30 m, es propicio para el adecuado desarrollo de las malezas, las cuales compiten por luz, agua y nutrientes con el cultivo.