Tema 4

Icono IDevice Encalle y Cepillado de Socas

Esta labor se realiza una vez termina el corte del cultivo. Consiste en ubicarse a lo largo de los surcos y con una herramienta en forma de garabato o tenedor, que arrastra la hojarasca residuo de cosecha desde el surco hacia la calle, de ahí el nombre de encalle. Una vez se realiza dicha labor, se procede a efectuar el cepillado de las cepas, esto se hace empleando la guadaña, y consiste en cortar las cepas de caña a ras de suelo, esto se hace porque el corte de caña no se efectúa homogéneamente y quedan trozos de caña (tocones) que son la vía de acceso a insectos plaga y enfermedades, además de la intemperie. La labor del cepillado mejora el rebrote de las cepas y evita la pérdida de puntos de crecimiento o la totalidad de la cepa (Figuras 16 y 17).

Figura 16. Lote encallado


Fuente. Juan Carlos Rojas
Figura 17. Labor de cepillado


Fuente. Julio Ramírez Durán

La combinación de estas dos actividades abren paso a la primera fertilización de la soca. Asimismo el encalle evita que se realice la quema generalizada de la hojarasca como recurso para limpiar el lote, que a su vez contribuye a promover la temprana presencia de malezas. Por el contrario el encalle, ciclo tras ciclo de cultivo, mitiga la aparición de malezas por efecto de sombra, además ayuda a mantener humedad en el suelo, y la hojarasca al descomponerse se incorpora al suelo como fuente de materia orgánica (Figuras 18 y 19).

Figura 18. Lote recién quemado


Fuente. Julio Ramírez Durán
Figura 19. Brotes y con hojarasca


Fuente. Magda Liliana Murcia Pardo