Subtema 5
Una vez que se han redefinido la visión de futuro, la misión y los objetivos generales de corto y largo plazo, hay que comenzar el proceso de formulación del plan estratégico. Para ello veremos en primer lugar qué son las estrategias y cómo plantearlas.
Las estrategias son los caminos o mecanismos a seguir para responder a las nuevas exigencias del entorno y ubicar a la organización en una relación ventajosa para el futuro.
La estrategia no es un fin en sí mismo sino sólo un medio con miras a alcanzar los objetivos de largo plazo.
Implica la voluntad de tomar un conjunto de decisiones concretas y de involucrar en las mismas a los miembros de la organización.
Cada estrategia constituye un conjunto de acciones o medidas tácticas, que permite a la organización desarrollarse en el largo plazo y comprometer sus recursos humanos y su capital.
La estrategia no es un fin en sí mismo, sino sólo un medio.
Entendida globalmente, estrategia sería el todo (objetivos, políticas y programas). Si la definimos funcionalmente, enmarcaría sólo la parte de programas y planes de acción.
Cuando pensamos estratégicamente estamos abriendo caminos hacia los proyectos específicos.
Es por esto que podemos pensar que la estrategia es una acción o grupo de acciones que permite abrir caminos a los proyectos específicos, para cumplir con los objetivos institucionales.
Las estrategias deben formularse para explotar las oportunidades, evitar las amenazas, impulsar las fortalezas, eliminar las debilidades y contribuir al logro de la visión de futuro, de la misión y de los objetivos.
Para lograr un "Plan Estratégico" que represente al conjunto de la organización debemos crear todos los canales de participación posibles y efectivos; deben participar no solo los dirigentes y gerentes sino también el resto de los integrantes de la organización.
Es decir, las diferentes instancias para la elaboración del plan tienen que ser lo suficientemente amplias como para permitir la participación de las personas que habitualmente concurren a la organización e incluso de aquellas otras que por diversos motivos, en algún momento se alejaron o no participan activamente en la institución.
Con esta pretensión, la de elaborar un plan estratégico, es además una buena oportunidad para fortalecer los vínculos dentro mismo de la organización.
Hay organizaciones muy pequeñas, por ejemplo aquellas destinadas a la prestación de un servicio o producción de un bien a pequeña escala, y que están conducidas por un grupo de personas, en estos casos se puede convocar a representantes de los usuarios del servicio para que contribuyan con sus aportes y puedan brindar sus opiniones acerca del mismo. En este sentido, estos aspectos deben ser recogidos por el plan estratégico, teniendo en cuenta además que:
- Las estrategias se orientan al futuro.
- No son un fin en sí mismo, sino solo medios.
- Deben contribuir al logro de los objetivos y la misión.
- En su formulación tienen que participar todos los miembros de la organización.
- Implican un conjunto de medidas tácticas y decisiones concretas.
- Abren caminos hacia los proyectos específicos.
Evaluación de estrategias actuales: El primer paso para avanzar en la elaboración del plan estratégico es identificar las estrategias que estamos utilizando. Una vez identificadas debemos analizarlas tratando de ver cuáles son los obstáculos que están trabando, demorando, perjudicando o restando eficiencia a la organización.
Del mismo modo, es importante analizar las estrategias históricas de la institución, su evolución y su impacto concreto en función de los objetivos. Para ello se necesitará información que ya existe en la organización, por ejemplo, en los estatutos, actas de reuniones, actas de asamblea, documentos de proyectos o programas, informes, fotografías, recortes periodísticos, etc. Toda esta información ayudará a reconstruir la manera en que la organización se ha movido a lo largo de su historia.
En esta etapa, es necesario tener en cuenta las siguientes estrategias:
- Las estrategias que planeamos,
- Las que están en uso,
- Las que dejamos de lado,
- Las que están surgiendo,
- Las estrategias imprevistas.
Para la construcción del plan estratégico, se puede acudir a herramientas como, lo observado en el siguiente cuadro de análisis:
Recordemos que en este paso se analizarán las estrategias usadas en el pasado por la organización, para no incluir las que han demostrado resultados satisfactorios para la organización, este análisis nos permitirá aproximarnos, al cumplimiento de la misión que la organización se ha propuesto.
Una vez logrado un panorama claro, a partir de los datos del diagnóstico, donde se pudieron establecer tanto oportunidades como riesgos relacionándolas con las debilidades y fortalezas de la organización, deben definirse qué nuevas metas estratégicas pueden plantearse para la organización, este momento es muy sencillo y consiste en especificar de modo claro las estrategias que se pueden ejecutar en base a las capacidades de la organización, a partir de la priorización de las estrategias que se deben implementar primero en la organización. Para esta priorización, se deben tener en cuenta por lo menos tres aspectos fundamentales:
- Hacer un juicio rápido y sencillo acerca de todo aquello que pasará si no se actúa ¿Qué se perderá? ¿Qué se ganará?
- Determinar cuales son los requisitos: habilidades, destrezas y todas aquellas capacidades que se necesitan para llevarlas a cabo.
- Identificar cuál es el punto de vista y las decisiones que tomarán los dirigentes de la organización.
El siguiente esquema permitirá de manera ordenada hacer la priorización de las estrategias, al ubicar los aspectos relevantes para cada meta estratégicamente priorizada.
En este paso se encontrarán estrategias que tendrán un grado de prioridad inferior. Es importante no descartarlas, tenerlas en cuenta, porque pueden surgir nuevas oportunidades y factores favorables que permitan llevarlas a cabo. Recordemos que las organizaciones requieren de un alto grado de desarrollo de la creatividad y amplitud que les permita el logro de sus objetivos.